... porque hay cosas que sólo pueden decirse a media voz y en la oscurridad.

16 de abril de 2011

AÑO CERO - Parte I

LA GUERRA

El día transcurría como cualquier otro en la ciudad, como una ciudad más en este enorme planeta, la gente iba de un lado a otro, siempre con prisas, siempre distante del otro, ausente incluso de sí mismo.
Eran ya las 5 menos 10, las jornadas laborales estaban terminando, el sol empezaba a posicionarse en el ocaso para despedir el día, el transporte colectivo hervía de gente por todas partes, las vialidades estaban saturadas de particulares que a gritos y pitidos de claxon creían hacer el tráfico avanzar, unos cuantos impacientes caminaban por las calles al rayo agotador del sol, todos queríamos llegar a casa…
De pronto no hubo más sol, extrañas nubes oscuras se posicionaron justo encima de nuestras cabezas, sólo dejando pasar luz violeta, que dibujaba siluetas de edificios y construcciones caprichosas. Las nubes parecían una capa muy densa que amenazaba con oprimirnos contra la tierra, pensamos “se avecina la lluvia, debería apresurarme para llegar a casa seco…”
Pero el pensamiento se nos rompió en vilo, pues de la densa capa de nubes de pronto luz roja comenzó brotar, cubriéndolo todo, juro que en ese momento el mundo se detuvo en un espasmo de incomprensión.
“Es tan sólo un fenómeno natural” dijo el que trataba de ser razonable.
“Es efecto de luz provocado por la posición de la tierra y el sol, y la intersección de Venus que ha entrado en órbita” dijo aquel que quería verse más científico.
“Es una señal Divina” dijo el más religioso.
“Es el preludio del Apocalipsis” dijo el más pesimista.
“No tengo ni la menor idea de lo que eso sea” dijo el más sabio.
Lo cierto es que ninguno sabía, ni estaba cerca siquiera de lo que aquello era, pero todos teníamos miedo. En unos segundos surgieron mil hipótesis y explicaciones a lo que nuestros ojos veían, unas racionales y otras divinas, pero nadie tenía una certeza de lo que venía.
Del cielo y de la tierra, enormes agujeros se abrieron dando paso a una luz cegadora, la más brillante que cualquiera en aquella había visto, la luz daba paso a un ejercito completo, salían de todos lados, de cada agujero parecían salir miles, todos se elevaban, hubieran pasado como cualquier humano a no ser por su brillo y belleza sobrehumana.
Eran ángeles, extraterrestres, espejismos o simplemente seres superiores.
No había sonido alguno sobre la tierra, toda se había quedado paralizada, no había un lugar donde no estuviera pasando lo mismo, parecía que absorbían el sonido, porque ni siquiera las agitadas respiraciones de los espectadores se escuchaban, sólo se veían sus angustiados pechos subir y bajar apresuradamente. Todas las vistas en el cielo, toda la incredulidad reunida ante la expectación de lo desconocido.
De la incredulidad pasamos a la incertidumbre, aquellos seres nos miraban con indulgencia, no volaban, sino que flotaban por encima de nosotros, eran millones y todos juntos irradiaban la luz más clara que habíamos visto.
De pronto todos al unísono, comenzaron a moverse, casi diría que bailaban, y de inmediato, un poderosísimo viento empezó a arrasar, subía de intensidad, arrancando espectaculares, semáforos, incluso automóviles con sus pasajeros… El terror comenzó a invadirnos, corríamos a donde podíamos cuidando de no ser alcanzados por algún pedazo de algo. Los edificios prometían ser un lugar seguro, pero pronto descubrimos que no era así, pues las ventanas salían volando y con eso todo empezó a ser un torbellino de objetos sin sentido, lo único que quedaba era correr.
Corrimos sin dirección buscando no ser golpeados con nada y no ser alcanzados por las ráfagas de viento, cuando vimos esporádicas naves cilíndricas, en cuya puerta estaba uno de aquellos seres con el rostro sereno, invitándonos a pasar… ¿Confiar? ¿Quedaba otra alternativa, entre ser muerto atrapado en un torbellino o ser muerto por alguno de esos seres?
Ahora menos que nunca nadie tenía certeza del destino, unos cuantos subimos a aquella nave, los que dudaron de más, fueron arrastrados en el torbellino más grande del planeta… La guerra había comenzado…

http://tecnologia21.com/wp-content/uploads/2011/03/invasion-extraterrestre.jpg

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