Susurro de media noche

Agua sin cause

Me diste una razón para entregarme a tus brazos
y me diste mil más para arrojarme al vacío,
porque con la misma intensidad con la que amas
también muerdes corazones robados, arrancados de pechos ajenos.

Soy yo la que pide perdón cuando te equivocas,
acaricio tus heridas con dulzura para sanarte,
pero soy incapaz de sanar las mías, soy sólo girones de la piel que has dejado
y cada vez rasgas mas profundo pero no llenas nada.

Sueles ser ese viento seco que corta mi garganta,
ese calor frío que eclipsa mi piel y me estremece
y aun así tienes fuego en la mirada,
magia en tu boca que emana exquisita hiel.

Y mientras tu me tienes en tus manos yo no tengo nada,
ni siquiera un ápice de mi misma me pertenece;
y, a veces siento que me estoy perdiendo en ti,
me dejas escurrirme entre tus dedos, pero yo soy agua sin cause...